lunes, 7 de marzo de 2011

Lo que le Falta a Colombia

¿Qué pasaría si yo pidiese por vos que estás tan lejos,
Y vos por mí que estoy tan lejos,
Y ambos por los otros que están lejos
Y los otros por nosotros aunque estemos lujos?.
(Fragmento poesía ¿Qué pasaría? De Mario Benedetti)

L a conclusión de William Ospina en su ensayo “Lo que le falta a Colombia” es muy clara, bastaría que cada colombiano se hiciera capaz de aceptar al otro, de aceptar la dignidad de lo que es distinto, y se sintiera capaz de respetar lo que no se le parece.

Dentro de nuestra  celebración del bicentenario de independencia, si es que se le puede llamar así, Colombia es y seguirá siendo un pueblo de nadie, un pueblo dividió, sin identidad, siempre hemos querido aparentar lo que no somos, lo extranjero siempre es lo mejor es el lema, existe un cuento que resume nuestra falta de dignidad y de carácter, el cuento señala que la gente de clase alta en Colombia quieren parecer que son de Francia, los de clase media  quieren ser Norteamericanos   y los de clase baja mexicanos.  Tenemos un complejo de inferioridad tan grande que cuando viajamos a otros países buscamos todos los medios para que no descubran que somos Colombianos.

De igual manera nuestra falta de tolerancia ha existido desde hace siglos, no hemos tenido la capacidad de aceptar al otro, con sus diferencia y similitudes, hemos querido hacer un país a la manera de cada uno, ya desde mediados del siglo XIX se fueron dando las primeras pinceladas de la gran obra de barbarie y miseria que tenemos en nuestros días, cada partido político quería gobernar a su manera, sin importar los aportes de sus opositores, gobernaban para su partido sin tener en cuenta que Colombia era más que un partido  y quienes se oponían a esto eran desterrados o considerados enemigos de la patria, la guerras civiles del siglo XIX, la guerra de los mil días, la llamada violencia a partir del 48, son un claro reflejo de nuestra incapacidad de aceptar lo que es distinto, lo del otro. Las FARC, el ELN, el M-19 y muchos otros grupos insurgentes que existieron en el siglo XX y que actualmente están en el monte, son producto de esa incapacidad de respetar lo que no se nos parece, aunque nuestros gobernantes hallan tratado de maquillar la realidad,  estos grupos surgieron porque el estado y la clase dirigente colombiana siempre ha querido gobernar a su antojo, beneficiándose de las riquezas del país y excluyendo, marginando  a todos los que no compartan sus ideas, muchas veces asesinándolos.  Esto obligo a que muchos campesinos, intelectuales y gente del común, tuviera como única alternativa el monte, nos da miedo el verdadero cambio y rabia al saber que el otro tiene mejores ideas, por eso junto a la mediocridad, la indignidad, la falta de  carácter, de imaginación y de orgullo debemos sumarle el egoísmo,  porque bien se ha dicho que un colombiano es más inteligente que un japonés, pero que dos japoneses son más inteligentes que dos colombianos.

Lo que le falta a Colombia, es que sigamos gobernados por los de siempre, esos que  han llevado al país a lo que hoy es, un pueblo sin identidad, pobre y mediocre,  esos politiqueros que nos gobiernan  y que  consideran que todo lo que sepa a oposición es  terrorismo , esos gobernantes que les interesa tener dividido al país para hacer de las suyas, esos gobernantes que se creen mesiánicos,  únicos capaces de sacar a Colombia del limbo, lo que verdaderamente le falta a Colombia es un presidente con dignidad y carácter que   le apueste a la cultura y a la educación y que no le siga apostando a la guerra.  

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